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miércoles, 28 de diciembre de 2016

La Gestión del Espíritu

El equilibrio entre Fluir y Preparar


Cada vez que hacemos un evento, una pintura, un flashmob, un disco, una exposición o una intervención social, nos preparamos durante muchos meses, a veces incluso años, para el momento en que el resultado es mostrado. La gente solo ve la punta del iceberg de procesos largos y profundos. Muchas veces ven la fluidez del trabajo público, pero no ven la disciplina y el orden de los meses anteriores.

Muchas veces se ha asociado la idea de que lo profético corresponde a una acción espontánea inspirada por Dios.  Esto ha hecho que valoremos de sobremanera todo lo que parece del momento, como cuadros que se pintan en el culto, los cantos espontáneos, o mensajes no preparados. Esta noción es falsa, no porque no exista nada de cierto en ella, sino por que plantea solo una faceta de lo profético como la regla total para el ejercicio de este carácter.  Muchos parecen creer que la improvisación es un fruto del Espíritu, y que mientras menos orden previo manifieste algo, es señal de que esto “es del Señor”. 
Con esto, NO ESTOY DICIENDO que sea malo pintar en un culto, o cantar algo que el Espíritu me esta impulsando a manifestar sin haberlo preparado, o que la única manera de entregar un mensaje es que sea muy estudiado previamente.  Lo que SI estoy diciendo, es que lo profético no se puede reducir solo a esto.

Muchos, por el contrario, llenos de temor, han decidido controlar todos los factores de lo que van realizar. No quieren que nada se escape de sus manos. Tienen miedo a fallar, a arriesgarse o simplemente temen a lo desconocido. Este es el otro extremo, la hiper rigidización de la estructura del culto, o de la forma de ejecutar una labor, en donde todo debe estar cronometrado y controlado. El argumento es que “el Espíritu Santo es ordenado”, y que “hay que hacerlo todo en orden y decentemente”. Ambos argumentos son ciertos, pero no justifican que yo cuarte lo que el Espíritu Santo quiere hacer en un lugar a los límites de mi control.

Ambas posturas son sumamente peligrosas, porque tienden por un lado a desencadenar un caos (lo que nunca manifiesta a Cristo) o por el otro a generar un ambiente controlador, en que todo se restringe a lo que una persona puede entender (reduce a Dios a un concepto que los hombres pueden definir y controlar), lo cual muchas veces es oponerse a Cristo .

Este tema da para una larga conversación, y sin duda podría ser enriquecido con experiencias buenas y malas de ambos extremos. Hoy solo quiero aportar con un tema que creo ayudará a darle equilibrio a muchos funcionamientos.


“…Y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”



La primera gestión ocurrió en el génesis,  fue la del Espíritu sobre las aguas. Algunas versiones remitiendo al texto en hebreo dicen que el Espíritu “Incubaba” sobre las aguas. Es necesario ver la conexión entre gestar/incubar y gestionar. Toda la creación es formada a partir del movimiento de gestión del Espíritu, incluso antes de que la luz fuese llamada a ser.
Los frutos de una gestión son el resultado del espíritu que incubó un proyecto antes de que este fuese. Tu puedes ver que espíritu esta detrás de una administración municipal o gubernamental, por los frutos de su gestión.
La administración y la capacidad de gestionar, son habilidades del espíritu. Lamentablemente durante mucho tiempo las hemos  relegado con el título de que “No son espirituales”, menospreciando la función y a quienes las desempeñan.
Como le he escuchado a mi amigo Simón Aquino en varias oportunidades, “los profetas no están llamados a adivinar el futuro, sino que a gestionarlo”. Y pienso que esta es una gran verdad. Podemos verlo claramente en José, quien no solo tenía un don profético sino que también la habilidad del Espíritu para gestionar y administrar los años venideros de naciones enteras, pero sin despegarse de lo profético.
A menudo vemos que Dios le habla a los profetas en la biblia, y la instrucción es preparar algo, lo cual les llevará tiempo en la ejecución. A veces tenían que hacer trabajos manuales, o verdaderas performance, pero muchas no eran para nada espontáneas, sino que requerían de tiempo en su ejecución. Y en otras ocasiones el profeta soltaba algo de parte de Dios en el mismo momento, sin haberlo preparado. Ambas son funciones del Espíritu, y el equilibrio está en la obediencia a la voz del Padre en cada momento y lugar para ejecutar correctamente lo que se debe hacer.
La misma labor de Juan el Bautista fue la de preparar el camino para Cristo. Por medio de este volvió a haber movimiento de la voz de Dios en un lugar que durante siglos no había tenido profetas. Este gestó un movimiento para que la Luz (Cristo) entrara en las aguas (bautismo) y comenzará un nuevo génesis para la humanidad.
Escribo esto porque tengo la fuerte convicción de que el Espíritu esta moviendo las aguas en muchas personas, encubando proyectos del cielo para los próximos años, en diferentes ámbitos, no solo en lo eclesiástico, y debemos darle el valor profético correspondiente a la acción de gestionar/gestar la voz del Padre. Esto deberá mejorar nuestra colaboración a los proyectos del Cielo que estén frente a nuestros ojos, aunque no veamos la ejecución, porque sabremos que aunque no ejecutemos directamente, nos hacemos parte  de la Voz que lo inspiró en colaborar de alguna manera en lo que se esta gestando. La Gestión del Espíritu esta lejos del temor, esta llena de amor y de fe, lo que permite que se de a Luz aquello que el Padre incubó en ti.


¡Que Resurrección se geste en el vientre de la amada Esposa de Cristo!


Les dejo este video sobre la Influencia de las artes, y su potencial transformador. 
Que este 2017 la Imagen de aquel que venció a la muerte Transforme todo lo que somos.... Bendiciones!


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