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miércoles, 30 de marzo de 2016

El carro de heno; Ayunando el Sistema

Desde hace algunos años ha sonado con fuerza el hecho de que Dios quiere que entremos a diversas áreas de influencia. Algunos dicen que son 7 montes, otros dicen que son 8 pilares de la sociedad, otros que son "x" esferas de gobierno… Independiente del concepto la idea está clara, la Iglesia debe salir de sus cómodos auditorios y tomar de una vez por todas el papel de gobierno que Dios le designo desde la eternidad.
Dentro de esta revelación las artes son parte de estas áreas que la Iglesia empezó a ver nuevamente y con ojos de conquista. Y es que las artes durante muchos siglos fueron menospreciadas por la iglesia protestante, siendo consideradas de índole carnal, mundano, pagano y todos esos términos peyorativos con que la religión se refiere a aquello que no entiende. Solo se rescató la música y bajo ciertos parámetros (pero de eso hablaremos otro día).
Hoy con mucho esfuerzo, la Iglesia se ha abierto a la danza, el diseño, la pintura, artes gráficas, el cine. Nos falta mucho, pero ya se abrió, y no nos parará nadie.
La Iglesia se ha aproximado a cada área anhelando los grandes puestos en cada sistema. Si alguien tiene un llamado a la política se pretende que llega a ser alcalde, diputado, senador, o porque no, presidente. Si es actor, esperamos que protagonice algún filme famoso (y cuando gane el Oscar diga: Dios los bendiga!). Si es educador, esperamos que ponga un gran colegio, o que sea ministro de educación (y haga a todos los niños leer la biblia). Y así con cada área, esperamos que la persona se posicione. Claramente, no habría nada de malo en que algún hijo de Dios sea posicionado en algún puesto de gobierno en algún área de influencia, pero el puesto no debe ser visto como un fin, ya que si lo vemos como un fin, los medios para llegar a obtenerlo (por corruptos que sean) serán justificados por la obtención.
Jheronimus Bosch, más conocido como El Bosco, fue un importante pintor europeo. Cerca del 1500 pintó una obra llamada “El carro de Heno”. Esta obra es muy interesante. Él pone en medio de este tríptico una descripción muy clara y denunciante del sistema religioso y social de su época. Un carro de heno esta en medio, con sus tonos dorados cual oro, pero no vale nada, porque solo es paja. Con este carro lleno de paja el pintor hace referencia al texto de Isaías 40:8. La gente se pelea por subir, ponen escaleras para poder ascender, se aplastan unos a otros, se matan por la cima. Por la izquierda viene llegando el papa, el emperador y el rey, también quieren poseer esa cumbre de paja. Abajo el clérigo comercia con la hierba seca, pactando el corazón de la gente por un poco de heno. En la cima de esta pirámide social y espiritual hay un demonio que toca la flauta, parece estar hechizando la percepción de la gente con sus sonidos. Arriba en una nube está Cristo…. Nadie lo mira, nadie lo sigue, nadie lo oye…. Todos luchan por una posición.
Babilonia no es solamente una denominación religiosa específica, sino que más bien es un sistema que contaminó todos los sistemas del mundo. Creo que en Cristo esta la facultad de gobernar, pero no bajo los principios del sistema de este mundo. Si pretendemos gobernar o tener influencia ejerciendo los mismos principios que en el sistema de este mundo se practican, el Reino no avanzará nada, porque honramos al sistema cada vez que usamos sus métodos.
Muchas veces se cita al profeta Daniel para hablar de cómo un hijo de Dios puede gobernar sobre el sistema, y es muy potente su caso, porque él y sus amigos pudieron gobernar sobre Babilonia, porque precisamente ayunaron el sistema, su comida, su bebida, sus ídolos, su status.  Y esta es la clave…. Ayunar el sistema.
De hecho Cristo, la piedra no cortada por mano de hombre, venció al sistema, porque nunca comió de él, nunca se dejó gobernar por sus paradigmas, principios, rudimentos ni pensamientos del sistema de su época.
Yo te animo a tomar gobierno, pero antes a ayunar todo lo que el sistema nos ha enseñado, sea en las artes, en la política, las finanzas, en las relaciones, etc.


El vencedor se manifestará en nosotros!

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